Gestión
Adán Chávez Frías
I
A 2009 años del nacimiento de Jesús de Nazareth – según la tradición cristiana-, es importante recordar que Jesús vino a este mundo como un auténtico luchador social, preocupado siempre por la miseria de las masas y la necesidad de construir un mundo mejor. Jesús, es imagen universal de humildad, sacrificio y sabiduría; y fue portador de una fuerza física y espiritual que le permitió enfrentar sin temores el poder imperial de la época. Del lado de los desposeídos, organizó un pueblo para la unión y el amor a los semejantes; contra la dominación y el abuso de los poderosos. Pregonó entre los humildes valores como la igualdad de derechos, la justicia en la distribución de los bienes, la solidaridad entre los pueblos; mensaje incompatible, por su puesto, con cualquier intento de dominación, de división en las comunidades; de acumulación de riquezas por unos pocos, en detrimento de las mayorías.
Jesús fue implacable con los administradores de justicia de la época, por considerar que no cumplían con las funciones inherentes a sus cargos. En Mateo 23, 1-20; se lee: «… entonces Jesús habló al pueblo y a sus discípulos de esta manera: los maestros de la ley y los fariseos… preparan pesadas cargas… y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas… les gusta ocupar los primeros asientos en los banquetes y los principales puestos en las sinagogas… ustedes cierran a los hombres el reino de los cielos. No entran ustedes ni dejan entrar a los que quieren entrar«.
Por lo tanto, se hace necesario rescatar de la frialdad de los altares, del comulgar individualista, de los tradicionales golpes de pecho, a ese Jesús humanista. Busquemos al Jesús revolucionario que se manifiesta, además, a través de principios cristianos como no odiar al enemigo, bendecir al que te maldice, ser generoso con los demás, tratar a los semejantes como quieres que te traten a ti mismo; pero también a través del coraje necesario que demostró en acciones como la de echar a latigazos a los mercaderes del templo; principios estos que Jesús no sólo pregonó con la palabra, sino también con la práctica diaria de su vida, hasta el mismo momento de su muerte, cuando clavado en la cruz pidió el perdón para sus detractores.
Así que, comulguemos para lograr nuestra paz interior, pero también hagámoslo con sentido comunitario, participativo, colectivo; y roguemos con Jesús por la solución de los graves problemas que aún aquejan a nuestra sociedad, con la seguridad que la conseguiremos con la fe y el trabajo constante. Pidamos y aportemos por la consolidación de la patria libre e independiente que soñó Simón Bolívar, por un Estado democrático y social de derecho y de justicia.
II
Finalizamos este año – esta columna reaparecerá en los primeros días de Enero 2010-, llamando nuevamente a la militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a la fuerza de la alianza bolivariana, a la organización popular; a la reflexión permanente, a permanecer, como reza el dicho popular, «mosca compañero«, porque la contrarrevolución arremete nuevamente con toda su fuerza. Como se ha visto en los últimos días, arrecia la guerra mediática, sin escrúpulos de ningún tipo, deformando totalmente la realidad; además, vuelven los intentos de guarimbeo, utilizando sobretodo a los estudiantes fascistas de las clases oligarcas. Todo ello porque, sin duda, la revolución avanza, se agudiza la lucha de clases y la oposición tiembla ante la perspectiva de profundización de la construcción del socialismo. Por lo tanto, hoy más que nunca se hace necesario redoblar los esfuerzos para mantener y robustecer nuestras fibras revolucionarias: Unidad Popular, estrechar los lazos entre las masas organizadas y la vanguardia revolucionaria, fortalecer al PSUV y demás partidos de la alianza bolivariana, profundizar el trabajo ideológico, así como la unidad cívico-militar, poniendo por delante la lealtad y el compromiso con la revolución. Fundamental es mantenerse vigilantes ante las acciones de los quinta columna que intentan debilitar desde dentro el proceso bolivariano; son los elementos que se disfrazan de revolucionarios, que no dan el frente nunca, porque su función primordial es tratar de crear confusión ideológica entre nuestras filas; pregonan un socialismo indefinido, es decir, sin fines concretos, sin objetivos claros, actuando contra la conciencia del deber social, estimulando el egoísmo y el individualismo; así como, organizaciones sociales, tipo cooperativas, para fortalecer el neo-capitalismo. ¡Mosca, compañeros, compañeras!, la contrarrevolución arremete; no permitiremos que logren sus funestos fines.
¡FELIZ NAVIDAD 2009, CONSTRUCTIVO AÑO 2010!!
¡Patria, Socialismo o muerte!
¡VENCEREMOS!
Barinas, 21 de Diciembre de 2009