Argenis Chávez

Gestión

2.Nov.2009 / 09:44 am / Haga un comentario

Barinas recuerda al insigne maestro de las Américas

PGB/RQ ._ La Plaza Bolívar de la ciudad de Barinas recordó este miércoles, los 240 años del nacimiento del maestro insigne de las Américas Simón Rodríguez, en un acto ceremonial que estuvo colmado de ofrendas florales, canciones, letras y pensamientos.

Durante la ceremonia estuvieron presentes el primer mandatario regional, Adán Chávez, autoridades regionales y  estudiantes de diferentes escuelas del estado.

La ofrenda floral se consolido flor a flor en una construcción colecitva por cada uno de los niños y niñas presentes en la actividad histórica.

El Jefe del estado llanero calificó esta fecha como célebre y resaltó la importancia de rescatar el pensamiento de Simón Rodríguez y mantenerlo de generaciones en generación como el pilar fundamental de la educación.

Simón Rodríguez es uno de los pensadores fundamentales tomados en cuenta para el nuevo currículo de educación básica que se aplicará en los próximos días para el desarrollo del sistema educativo bolivariano.

El insigne maestro nació en Caracas el 28 de octubre de 1769. Pedagogo, pensador filosófico, escritor de densas obras de contenido histórico y sociológico, además de conocedor a fondo de la sociedad hispanoamericana, fue maestro y mentor del Libertador Simón Bolívar.

En 1801 radicado en Francia, se empadrona en el registro de españoles en París como: Samuel Robinson, hombre de letras de 31 años.

Juntos parten en marzo de 1805, a un viaje que los lleva a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar en Italia: Milán, Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia.

El 15 de agosto de ese mismo año, suben al Monte Sacro, en Roma,y Rodríguez recoge para la posteridad el juramento que allí su discípulo hace: ‘Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor; y juro por mi patria; que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español’.

En los años finales de su vida, Simón Rodríguez va a Guayaquil, donde se perderá buena parte de su obra a causa de un incendio que devastó a gran parte de la ciudad.

En 1853, emprende un nuevo viaje al Perú, acompañado por su hijo José y su amigo Camilo Gómez, quien lo asistirá en el momento de su muerte, ocurrida en el pueblo de Amotape el 17 de julio de 1853.

Setenta años después, sus restos fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al siglo justo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, donde reposan en el Panteón Nacional.

 

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