Argenis Chávez

Gestión

28.Ago.2009 / 10:40 am / Haga un comentario

A sugerencia de mis lectores, con el propósito de seguir impulsando el hermoso hábito de la lectura y el análisis; y como aporte a la formación de nuestros jóvenes, futuro cierto de nuestro país, vuelvo a exponerles mis humildes criterios sobre cómo deben desenvolverse y desarrollarse una juventud y un liderazgo verdaderamente socialistas:

Juventud y Liderazgo

Adán Chávez Frías

I

El joven socialista debe asumir, sobre todo, que es vanguardia; es decir, que debe estar en la delantera del proceso revolucionario, con una gran actitud transformadora y creadora; los primeros dispuestos a los sacrificios necesarios, al estudio, al trabajo, a la defensa de la revolución en cualquier terreno. Una tarea sumamente importante es fortalecer la organización político-social, como pilar fundamental para lograr los objetivos propuestos. Refiriéndose a esto, el Che Guevara dijo en octubre de 1962 «si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia, van cayendo en la rutina, van cayendo en el conformismo, y acaban por ser simplemente un recuerdo«.

El joven socialista debe pensar en colectivo; estar consciente que siempre los derechos de las masas están por encima de los individuales; pero al mismo tiempo, no perder de vista su propia individualidad, educando con el ejemplo, pendiente que sus actos no perjudiquen a la organización, ni a la comunidad a la que pertenece; y por supuesto, a él mismo.

El joven socialista debe asumir que la defensa de la patria ocupa el primer lugar en la lista de tareas a desarrollar; y saber que dicha defensa no se relaciona solo con la conformación de las milicias revolucionarias, listas para la acción ante cualquier contingencia; tiene que ver también con el trabajo diario y permanente, en la construcción de la patria nueva, en la preparación y formación de los nuevos cuadros técnico-políticos necesarios para el desarrollo integral de la nación. Igualmente, con el fortalecimiento de las misiones sociales, para seguir apoyando la lucha contra el analfabetismo-aunque somos tierra libre de analfabetismo, aún queda un pequeño porcentaje de compatriotas que no sabe leer ni escribir-, la batalla por el sexto grado para los ya alfabetizados y los excluidos de la vieja república, así como, la prosecución de los estudios a través de las misiones Ribas y Sucre; de la misma manera, asegurando la salud gratuita, eficaz y eficiente a toda la población, a través de Barrio Adentro I, II, III y IV; profundizando los planes en cultura y deporte, con las misiones corazón adentro y barrio adentro deportivo, entre otras.

El joven socialista debe hacer realidad aquella vieja y vigente consigna: «Estudiar y Luchar». Mucho estudio, debate y consolidación de las ideas revolucionarias, para llevarlas a la práctica; teoría y práctica revolucionaria, en la construcción del socialismo bolivariano. Una de las acciones prácticas que más fortalece la conciencia del deber social, es el trabajo voluntario. Otra vez recordamos al «Che», el guerrillero heroico, quien tanto enseñó con el ejemplo: «… ¿Por qué insistimos tanto en el trabajo voluntario? Económicamente significa casi nada… Ahora lo importante es que es una parte de la vida del individuo que se entrega a la sociedad sin esperar nada, sin retribución de ningún tipo, y solamente en cumplimiento del deber social. Allí empieza a crearse lo que después, por el avance de  la técnica, por el avance de la producción y de las relaciones de producción, alcanzará un tipo mas elevado, se convertirá en la necesidad social…». Es educarse, jóvenes de la patria, en y para el trabajo creador, donde éste «…pierde la categoría de obsesión que tiene en el mundo capitalista y pasa a ser un grato deber social». Con alegría, camaradería, amor hacia los semejantes; sin egoísmos, individualismos o grupalismos; sin sectarismos, con autentico sentir humanista. Con mucho sentimiento social,  «gran sensibilidad frente a la injusticia, espíritu inconforme cada vez que surge algo que está mal, lo haya dicho quien lo haya dicho. Plantearse todo lo que no se entienda; discutir y pedir aclaración de lo que no esté claro, declararle la guerra al formalismo…» (CHE).

El joven socialista debe ser antiimperialista. Es necesario que propicie la organización y la conciencia revolucionaria, contra las pretensiones hegemónicas del imperio; contra la conspiración internacional, que pretende frenar el avance de los pueblos – el golpe en Honduras y las bases militares estadounidenses en Colombia, son los ejemplos más recientes-. Por el fortalecimiento de la unidad de las naciones hermanas a través de la Alianza Bolivariana para Nuestra America (ALBA ). Por el triunfo de las masas populares en esta parte del continente; y en otras partes del mundo. «…Una vez iniciada la lucha antiimperialista es indispensable ser consecuente y se debe dar duro, donde duela, constantemente y nunca dar un paso atrás; siempre adelante, siempre contragolpeando, siempre respondiendo a cada agresión con una mas fuerte presión de las masas populares…» (Che).

II

Jóvenes bolivarianos, revolucionarios, recuerden siempre que el líder socialista es ante todo humilde, con una gran mística de servicio a los demás; al mismo tiempo que forja ideas y se transforma en el mejor difusor de las mismas. No es acomodaticio ni indiferente. Como lo plantea Carlos Matus, «el líder exitoso (y socialista) cambia el curso de las cosas hacia la dirección y hasta el límite en que todo parece sumarse a su voluntad». Desde mi punto de vista, ese conductor de masas necesario, no es producto de las circunstancias; sino que las trasciende, de tal manera que debe ser capaz de cambiar las realidades con que se enfrente, en el medio que le corresponda. No deja espacio para la duda, actúa con seguridad en lo que cree, sin pensar que es el portador de la verdad absoluta. Es decir, es seguro más no prepotente. Sabe lo que hace en función del proyecto que alimenta su cerebro y su alma, con un gran sentido de la ética y el deber. Con la moral revolucionaria por delante, educando con el ejemplo.

Por otra parte, debe tenerse en cuenta que los líderes que necesita el proceso bolivariano,  se deben formar en la lucha diaria, en la práctica; y que deben ir adquiriendo las características propias del proceso que les ha tocado vivir y  fortaleciendo su propia conciencia socialista, así como la de  la comunidad en la cual se desempeñan. Recuérdese que, generalmente, los procesos se encargan de la selección de los líderes populares, para el desempeño de las funciones específicas que necesariamente deben asumir; esto en la medida en  que se van coronando esfuerzos, en que se suman eventos que llevan a la consecución de los objetivos socio-políticos que se han planteado las comunidades. No se puede obviar que, en el nivel de logros en los desempeños mencionados, se realiza la evaluación definitiva de los liderazgos; se mide exactamente la competencia, experticia y capacidad de los líderes en cuestión. Es la evaluación diaria y permanente que realizan las masas organizadas y en actividad creadora.

Pero por sobre todas las características, los líderes socialistas, deben ser individuos capaces de conmover, inspirar, movilizar y guiar al conglomerado donde ejercen ese liderazgo; con una alta capacidad para la autocrítica; propiciadores del estimulo moral en el desempeño de las tareas, por encima del meramente material, para que, como dijo el «Che», podamos ir avanzando, «…en el camino de la creación de las condiciones subjetivas, es decir, ideológicas para la creación mas rápida del socialismo desligando un poquito al obrero del producto, es decir, crear el trabajo como un deber social y la retribución como un deber que la sociedad tiene con el obrero, por las condiciones de nacer, de vivir en una sociedad socialista…». O sea, los líderes  que necesitamos no se decretan. El liderazgo revolucionario  no se obtiene con títulos académicos, con componendas grupales, con acuerdos soterrados para obtener prebendas en detrimento de la mayoría que se pretende liderizar. Por ello, muchachos, muchachas, mucho estudio, debate y trabajo voluntario.  Mucho corazón patrio y conciencia social para ser capaces de: «…sentir en lo mas hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad mas linda de un revolucionario…»

¡Patria, socialismo o muerte!

¡Venceremos!

Barinas, 24 de Agosto de 2009

 

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