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El oposicionismo ya no podrá desestabilizar
El terrorista Francisco Abarca, confesó que pretendía entrar a Venezuela de forma fraudulenta y que su intención era organizar factores extremistas de la oposición para generar desestabilización en el país.
La captura y deportación a la republica de Cuba del terrorista salvadoreño, Francisco Chávez Abarca es la mejor muestra del compromiso del gobierno bolivariano en la lucha contra el terrorismo imperial, entendiendo que este delincuente internacional ha estado vinculado con acciones violentas de gran impacto en la región latinoamericana y que tiene solicitud con difusión código rojo en la interpol, así lo manifestó, el candidato psuvista por el circuito N° 1, Eduardo lima.
Se refirió además, a la vinculación de este terrorista con factores de oposición representados en los militares disidentes de la plaza Altamira y su confesión de seguir ordenes del asesino confeso Luis Posada Carriles, demuestran que los anuncios hechos por el presidente Hugo Chávez, cuentan con los fundamentos precisos para advertir que factores del oposicionismo venezolano no aceptan la vía democrática que ha consolidado la revolución bolivariana en Venezuela.
«Provocar actos de terror donde murieran muchos venezolanos y venezolanas era el objetivo Chávez Abarca, con el fin de boicotear las elecciones parlamentarias del próximo septiembre. Están desesperados pues ya saben sus numeritos y saben que no tendrán vida en estas elecciones. Tienen miedo de la revolución popular. De la economía socialista, de la sociedad socialista que se impulsa en Venezuela», apunto Lima.
La juventud socialista de Venezuela está alerta ante cualquier acción desestabilizadora, preparados para cualquier contingencia, los jóvenes de Venezuela estudian, participan en el poder popular y se incorporan a las milicias bolivarianas en todo el país.
Chávez Abarca, aprendido el pasado jueves en Caracas admitió que venía a Venezuela para provocar disturbios y enfrentamientos entre los factores políticos del país. Entre sus antecedentes criminales destaca la detonación de bombas en instalaciones turísticas de Cuba y México en 1997.